Concreciones

[2001]

La idea de la pintura como lenguaje en sí, independiente a significados y representaciones, ha influenciado a muchos artistas desde hace más o menos un siglo y
fundamenta en buena medida a la pintura abstracta que aún sigue interesando a algunos jóvenes artistas. Tal es el caso de Esmeralda Torres, cuya fuerza resulta de su
delicada sensibilidad y poderosa imaginación. Sin duda, imaginación y emoción que son el verdadero origen de su talento, además de una enorme voluntad.
Por eso, las cosas le salen bien. Esmeralda me ha dicho con gran convicción que lo que quiere hacer en la vida es pintar y mostrar su trabajo. Ésta, es su primera exposición
individual y en ella podemos empezar a reconocer la originalidad y el extraordinario valor de su obra. Un delicado puente entre la palabra y la imágen fue el pretexto
que le sirvió para desarrollar esta serie titulada Concreciones, en donde a partir del íntímo descubrimiento y de la afirmación de su innegable vocación de pintora,
la artista encontró —sin ocultar sus influencias— un resquicio, una veta, para seguir insistiendo y proponer con un lenguaje propio, algo diferente y esperanzador dentro de esta ya tantas
veces dada por agotada corriente del abstraccionismo. He trabajado con Esmeralda. Hemos pintado juntos y con gran afinidad. También creamos algunos objetos tridimencionales.
Me conmueve lo que hace y como lo hace. Nunca se lo he dicho, pero he aprendido mucho de ella, de su muy sensible manera de pintar, de dibujar, de la forma como se relaciona
con la materia y con el color; me seduce especialmente su manera de ordenar el espacio. Pero también, me ha contagiado de su alegría, de su amor a la vida, de su paciencia y de su humildad.
Con el tiempo, Esmeralda y yo, hemos construído una silenciosa complicidad creativa y una emocionante forma de diálogo amoroso a través de nuestro trabajo.


(Jordi Boldó)