Señales de cercania o un ciento(de aproximaciones)volando

[2010-2012]

En el mar, todas las señales indican la cercanía de la tierra.
Tzvetan Todorov

La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja
dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.
¿Entonces para que sirve la utopía?
Para eso, sirve para caminar.
Eduardo Galeano



Considero la pintura como búsqueda, pasión, libertad, riesgo; una forma incierta de vivir. Pero, también, como trabajo, disciplina, compromiso y comunicación.
Con la pintura puedo decir quien soy, es un reflejo del momento que vivo y de cómo percibo mi entorno. Pintar me exige renovación, y por eso siento la necesidad de romper
con mis propias reglas, desprenderme y liberarme de mi propia rutina, de mi tan repetido método de trabajo, y buscar así nuevas señales que me guíen para continuar pintando.
Señales de cercanía y un ciento (de aproximaciones) volando, consiste en sólo dos piezas. La primera está conformada por más de un centenar de dibujos, y la otra es un cuadro
de gran formato. Cada uno de estos caminos implicó procesos distintos. El desarrollo de los pequeños dibujos fue diferente a lo habitual; sorpresivo, ya que los tracé en pequeños
fragmentos de papeles, no sólo en mi taller, sino fuera de él, en distintos lugares y situaciones, adquiriendo así otros colores y formas que anteriormente no había experimentado.
Me permitió relacionarme con el espacio en donde me encontraba en ese momento. Son pequeñas piezas individuales, que, al agruparlas forman conjuntos que se
potencializan expresivamente. Esta pieza titulada El muro de las aproximaciones tiene más de 260 dibujos que son como pequeñas mirillas que inducen a aproximarse, a mirarlos de cerca,
es un muro con espacios blancos que sugiere la cercanía entre unos y otros. La otra pieza, es un cuadro que invade todo un muro, que está lleno de todas las señales que fui encontrando
durante el recorrido, es un contraste de formato, un proceso determinado que repetidamente había realizado pero que, sin embargo, me permitió reflexionar profundamente.
No es más importante una que otra, se complementan, están hermanadas en color, en forma; son distintas, pero la emoción es la misma, por eso se acompañan. Todo nos lleva a algo,
el desarrollo de los pequeños dibujos me llevo al cuadro grande. Lo difícil ha sido terminar El muro de las aproximaciones pues continúa creciendo, y para mi ha sido una nueva
forma de expresarme. Es la primera vez que me siento con mayor libertad para crear. No es fácil empezar y tampoco terminar. Tengo nuevamente un muro en blanco. En él cabe casi todo.
Un muro blanco que es silencio, que invita, otra vez, a comenzar.

*Becario del programa Jóvenes Creadores 2013-2014 del fondo Nacional para la cultura y las artes.



(Esmeralda Torres)

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